Sombras en la Oscuridad... ¿Es eso posible? [Libre]

Velen se sentía irritado y un tanto frustrado por la nuevamente imposible caza que había tratado de llevar a cabo en el Bosque Kumo en persona. Nuevamente su objetivo se le había escurrido mismamente entre sus blancas manos como un maldito fantasma... era tan odioso que sentía que podría haber incendiado todo el bosque con tal de encontrarlo, pero a duras penas se había controlado pensando en la de recursos útiles que desperdiciaría... por no hablar de los muchos potenciales esclavos que morirían y el hecho de que posiblemente estallase de nuevo una guerra por atacar una zona neutral que supuestamente pertenecía tanto a la Luz como a la Oscuridad.

Pero es que sinceramente era demasiado odioso... ¿Cómo podía aquel Cuervo insolente evadir su magia de esa manera? Si bien estaba claro que no era un Cuervo más de Kumo, no debería ser tan condenadamente escurridizo y poderoso... si no fuese por su Bolg de hecho habría sido capaz de matar al Rey de Zoe en unas cuantas ocasiones.
Más rápido de lo que había visto nunca el hechicero y con aquella odiosa inmunidad mágica le resultaba imposible capturar a aquel que había terminado por ganarse el sobrenombre de Cuervo de la Niebla, el criminal más buscado por Ordenanza Real de Zoe... alguien a quien ni siquiera el rey de dicho reino era capaz de capturar. Era bochornoso... y completamente irritante.

Observando Artros desde las alturas de una gran montaña cercana, el hechicero tuvo que destrozar un inmenso peñasco cercano con su magia para calmar la furia que ardía tan profundamente dentro de él con sólo recordar la cacería de hacía unos días... desde aquel nuevo intento fallido había decidido alejarse un poco del bosque y de su reino para evitar sumirlos en el caos y las tinieblas a ambos para desquitarse con aquel maldito Cuervo... y un nuevo plan de acción contra el escurridizo ave comenzaba ya a fraguarse en su mente. Sin duda era un ser muy irascible... pero también con una amplia capacidad de recuperación ante cualquier fracaso o decepción.

Recuperando poco a poco la encantadora y amable sonrisa que caracterizaba su expresión habitual, el hechicero de cabellos azulados miró por encima del hombro a su esclavo vestido con un kimono corto cómodo para luchar y un sombrero amplio de mimbre que cubría su rostro. Le sonrió, algo que bastó para que el hasta ese momento pétreo sirviente se moviese a una velocidad poco humana y tomase en brazos al monarca, saltando del alto pedestal en el que estaban observando la ciudad y bajando con él de esa forma la escarpada y desolada loma de la montaña a toda velocidad.

Con un gesto, el brujo convocó una extraña bruma semitransparente que los cubrió y en un instante los hizo traslúcidos, casi podría decirse pues que invisibles.
De aquella forma recorrieron las rústicas calles de Artros, mientras aquellos astutos ojos rojos observaban a cada criatura que se cruzaba fugazmente en su camino... hasta que los rápidos pasos de su sirviente se detuvieron. Velen miró al frente... y se topó de lleno con las minas. Justo el lugar que estaba buscando. Sonrió de forma ligeramente más amplia y con una mirada hizo que su Cuervo personal lo bajase, pasando con él flanqueándole a los guardias que ni siquiera sintieron su presencia, penetrando en los tenuemente iluminados túneles y sólo entonces volviéndolos a ambos visibles de nuevo. Allí dentro no había peligro alguno de que los descubriesen... después de todo había esperado a las afueras de la ciudad a que terminasen su turno de tarde los esclavos; las minas estaban totalmente vacías.
Así, sin prisa pero sin pausa, el hechicero comenzó a internarse en aquel lugar en busca de algo que sólo podría encontrar allí... confiando en que su nueva estrategia diese sus frutos y pensando en que no se encontraría a nadie... no era probable, ¿cierto?

Había estado dando vueltas por todos lados aburrido, odiaba no poder ver a ese dichoso demonio para desplumarlo en el casino, pero qué le iba a hacer, había estado en el bosque atormentando a unos cuantos animales y engendros o buscando pelea con criaturas más grandes. Llevaba un tiempo en el bosque, aunque también marchaba hacia la ciudad de los casinos y la lujuria a divertirse, pero no había demasiada diversión por ningún lado y ninguno de sus amigos del mundo de las sombras podía estar con él para proporcionarle diversión.

Decidió ir a Artros, donde podía divertirse matando esclavos prepotentes que se creían que valían más que él, ya había matado a varios cuando tuvo que huir de unos cuantos mercaderes que querían hacerle lo mismo que él le había hecho a sus esclavos. Corrió a las minas y se escondió en la parte mas oscura, conteniendo la respiración para que se marcharan y lo dejaran en paz, cuando se marcharon suspiró y se echó a reír -No me puedo creer que sean tan estúpidos, con razón son unos simples mercaderes, menos mal que no me puse a disposición de ninguno de esos incompetentes- dijo mientras se recostaba en una de las paredes de roca, suspiró y cerró los ojos relajado, pero la tranquilidad le duró relativamente poco. Escuchó el ruido de dos personas, entonces se escondió en las sombras y miró a las dos personas que entraban, un brujo y un esclavo, seguramente el brujo sería un noble, sobre todo por como estaba vestido y como iba vestido el esclavo, miró al brujo con aquellos orbes del color del lapislázuli, examinándolo desde las sombras y sonriendo, relamiéndose los labios al verlo tan lindo, parecía estar hecho de porcelana, pero transmitía un aura sombría y una sensualidad poco propios de un muñeco de porcelana. Comenzó a moverse a velocidad sobrehumana por la mina, siguiéndolos para ver qué hacía allí un chico tan delicado como aquel. Miró al esclavo e hizo que cayera al suelo, no lo había matado, solo había sobrecargado su capacidad mental, haciéndolo quedarse inconsciente en el suelo de roca, sonrió y se acercó al muchacho, mirándolo desde la espalda, miró al esclavo una vez más y sonrió. Volvió su vista al brujo -¿Qué hace un brujo como tú aquí?- dijo con aquella voz de terciopelo negro que poseía, ese era otro de sus muchos encantos, su voz era increíblemente seductora.

Había que admitir algo... fuese quien fuese aquel ser, sin duda era rápido. Su presencia no había pasado desapercibida a Velen por mucho que el otro se mantuviese oculto, su poder demoníaco era demasiado obvio como para que alguien del nivel del monarca de Zoe no lo notase.
El rey había seguido caminando relajadamente por la mina a pesar de saber de su presencia, esperando a que hiciese algún movimiento... listo para matarlo si trataba de salir de la mina; no le convenía que se supiese de su presencia en aquel lugar... debería haber sido más cuidadoso, pero en fin... ahora ya no tenía arreglo. Fuese cual fuese el resultado de aquel encuentro terminaría con la memoria de aquel ser siendo distorsionada.

Entornó sus ojos rojos apenas mirando relajadamente por encima de su hombro cuando notó aquel relativo ataque mental, observando a su inerte sirviente aún con su tranquila y amable media sonrisa instalada en su rostro. No parecía sorprendido ni preocupado, pero cuando alzó aquella mirada rojiza hacia el contrario se notó un cierto matiz peligroso en aquellos rubíes.
- Disculpa, jovencito... -replicó a su pregunta con voz dulce y cálida, tan o incluso más sensual como la del contrario... y al mismo tiempo poseyendo aquel leve tinte de peligrosidad casi imperceptible- no es de buena educación ir por ahí dejando vegetales a los esclavos de otros -alzó levemente su cabeza y sonrió de forma un poco más amplia, volviendo a centrar su mirada en el demonio-. Aunque por cómo refunfuñan esos mercaderes tú ya tienes esa mala costumbre bien arraigada~ -añadió... los mercaderes estaban ya a por lo menos mil metros de la cueva, y sin embargo sus mentes eran extremadamente ruidosas.

Sin decir nada más por el momento, el "joven" hechicero se giró totalmente hacia el demonio y dio unos pasos hacia él... al situarse al nivel de su sirviente acuclillándose levemente y con elegancia para rozar apenas con sus dedos la cabeza cubierta por el sombrero de mimbre del caído.
Fue como si un escalofrío recorriese entero el cuerpo del Cuervo... y entonces éste se irguió a toda velocidad, lanzándose contra el desconocido dispuesto a doblegarlo.
- Quieto -susurró Velen, sin dejar de sonreír e irguiéndose de nuevo, contemplando de nuevo la escena frente a sus ojos. El Cuervo se había detenido a apenas centímetros de agarrar el rostro de aquel moreno tan interesante, volviendo a quedarse en una posición relajada a la espalda del hechicero cuando éste le miró-. Nosotros no somos tan rudos como este jovencito para atacar sin siquiera presentarse~ -comentó con un tono amable que reflejaba una leve mofa.
- Tal vez sería mejor que te preguntases qué es lo que voy a hacer contigo... ¿no crees? -añadió alzando una ceja sugestivamente.

Cuando se volvió hacia él y le dijo aquello, ladeo la cabeza un tanto, no era tan joven como aparentaba, ya ni recordaba su edad, pero no creía ser más joven que aquel brujo, pero luego cayó en la cuenta de que aquellos seres sabían como ocultar su edad igual de bien que los demonios. Bufó cuando el otro le dijo aquello de los mercaderes -No, ya les gustaría a ellos que solo les hubiera colapsado el cerebro a sus esclavos... además, por tu aura deduzco que sabes lo que es el ansia de sangre- dijo mirándolo a los ojos, podía ver aquel tinte de amenaza en sus rubíes, pero no pensaba achantarse, sabía que ese brujo era poderoso aún sin conocerlo, tenía una barrera mental muy potente y su aura oscura podía verse a kilómetros, o al menos se podía ver para el demonio.

Pudo ver cómo hacía que el esclavo se levantara, su mano ya estaba preparada con una llama de un intenso rojo y sus ojos se habían vuelto del color de la sangre, al igual que sus pupilas se habían sesgado y sus manos se habían vuelto garras negras, todo esto era solo una pequeña parte de su poder, no pensaba usar todo su potencial contra un simple esclavo. Volvió a mostrar su apariencia normal cuando el brujo le ordenó a su sirviente que se detuviera, mirando al brujo de arriba a abajo con aquellos orbes azules que mostraban una expresión traviesa, él no sabía quién era el brujo y si lo hubiera sabido tampoco habría cambiado nada, él no era de esos esclavos estúpidos que solo porque una persona fuera de clase alta agachaba la cabeza, por sus venas aún seguía corriendo la sangre noble de la familia a la que pertenecía. Escuchó aquel último comentario y se encogió de hombros -No tengo miedo a que me maten, aunque no entiendo por qué debería de hacerlo, no sé quién eres ni qué haces aquí, yo solo sé que y perdón por atrevimiento, estas bastante bien- hizo una breve pausa antes de seguir -Yo estaba aquí antes de que llegarais, porque como habrás notado no creo que me reciban en esas calles con salmos y sonrisas- dijo mirándolo a los ojos, mirando después al sirviente y conduciéndolo hasta una gruta sin salida, no quería que ese esclavo estuviera delante, odiaba a los sirvientes fieles, los odiaba con toda su alma.

Cuando el esclavo se hubo marchado, se acercó más al brujo y lo examinó, sintiendo su aura, quería ver si podría divertirse o tendría que largarse antes de que quisieran matarlo allí también -No creo que sepas lo que soy ¿verdad? No me refiero al tipo de criatura- dijo antes de salir a la luz de una lampara para que pudiera verlo mejor, su camisa había sido arrancada por los esclavos y mercaderes, así que quedaba a la vista su cuerpo perfilado por las batallas y lo que habían llamado "adiestramiento" para ser un buen esclavo de clase alta, sus ojos azules miraban el cuerpo de aquel muchacho sin ningún pudor, a aquellas alturas le importaba muy poco lo que dijeran de él.

Velen entornó los ojos levemente, no borrando su sonrisa de su rostro a pesar de ello e incluso sonriendo un poco más amplio al ver la expresión del contrario, perfectamente visible para él a pesar de encontrarse en sombras, lejos de los titilantes resplandores de las dispersas antorchas que alumbraban el interior de la mina.
- Ara... que rudo... -alzó una ceja, divertido pero aún pareciendo un encantador pero casi inofensivo hechicero de la nobleza- No es como si alguien de mi posición pudiese admitir algo así porque sí... -soltó una leve risilla, cubriendo su boca con una de sus amplias mangas- Digamos que yo también tengo leves... "episodios de psicopatías redundantes en la destrucción premeditada de criaturas vivas o sencillamente objetos o lugares"~ -completó su frasecita como si nada, sonriente y encantador a pesar de haber confesado de aquella manera tan rimbombante ser un psicópata genocida en potencia.

Durante apenas unos segundos contempló aquella demoníaca apariencia sin demostrar la más mínima sorpresa, sencillamente manteniendo su tranquila media sonrisa mientras lo inspeccionaba como si se tratase de un raro ejemplar animalesco de algún zoo local. Lamentablemente su exploración no duró demasiado, puesto que nada más detener a su esclavo el ser volvió a retomar su forma humana. "Iada... qué aburrido..." pensó para sí sin que nada se reflejase en su rostro inalterable. En verdad una batalla habría sido entretenida en aquel momento... si el demonio lo hubiese desafiado ya estaría torturándolo con placer... pero en fin, quizá sacase de aquel encuentro otra clase de "placer", posibilidad de la que fue consciente cuando el otro apareció a la luz y pudo ver mejor la forma definida pero oscura que ya había observado todo aquel tiempo.

Asistió impasible a la nueva manipulación mental del Cuervo, tomando nota mental de proveer a los gemelos de escudos mentales con algún amuleto para evitar aquellas cosas... aunque así sería bastante complicada la comunicación mental entre ambos...
Suspiró levemente, sacudiendo la cabeza. Aquel demonio le había mostrado unas cuantas fallas en sus esclavos que creía la mar de útiles... tendría que suplir aquellas fallas en cuanto volviese a Zoe...
Entonces alzó la mirada de nuevo hacia aquel esclavo osado y atractivo y volvió a sonreír amablemente.
- Tú... eres un pervertido con un cuerpo delicioso, ¿me equivoco? -trató de "adivinar", divertido ante la preguntita del contrario y pasando por algo sus anteriores observaciones que, ciertamente, tenían unos cuantos puntos de verdad. El tipo no tenía idea de nada, y ahora que había sellado también la mente del Cuervo, al que a pesar de todo ordenó permanecer alejado, sabía que el otro no podría descubrir nada mediante mentalismo, así como comprobó que en la anterior ocasión no sacó ninguna información. Mientras mantuviese a aquel demonio en la ingenuidad... no tendría que matarlo. Era simple pero eficaz... y entretenido a pesar de negársele un Alma Oscura más a engrosar su colección.

Cerró los ojos unos segundos, pensativo... y entonces el aura oscura y peligrosa que el otro había notado todo aquel tiempo repentinamente se desvaneció por completo, a sus ojos aquel hechicero frente a él volviéndose un simple humano... o al menos aquello era lo que podía sentir por su aura actual, totalmente camuflada.
Abrió los ojos y sonrió, dando un paso hacia el otro y extendiendo una mano... que acarició levemente los abdominales del demonio y se coló dentro de sus pantalones y su ropa interior con facilidad, acariciando la cálida virilidad aún dormida del otro.
- Ciertamente pueden sacarse buenas cosas de este encuentro... no te mataré si prometes seguir siendo, como ahora, un simple semental de polla apetecible e ingenuo -se relamió levemente, a pesar de parecer humano demostrando con aquel gesto algo muy poco humano simplemente con su pervertida expresión.

Dio una última caricia dentro de los pantalones del otro y sacó la mano de allí de nuevo, acercándosela al rostro y oliéndola eróticamente.
- Mmmmm... tu olor me da hambre... -entornó los ojos... y entonces los cerró de nuevo, dándose la vuelta repentinamente- Pero lo primero es lo primero, si quieres puedes acompañarme, cuando encuentre lo que he venido a buscar jugaré contigo~ -se replicó a sí mismo, sonriendo y abriendo los ojos a lo oscuro de la caverna, comenzando a avanzar rumbo a lo más profundo de ésta.

No pudo evitar echarse a reir cuando escuchi aquella definicion tan familiar de lo que el siempre habia llamado sed de sangre -Vaya, eso era lo que decian todos los psicologos del palacio de mi padre-dijo antes de ver como lo examinaba cuandi estaba en forma semi-demoniaca, sus ojos azules miraban al muchacho mientras intenttaba escanear los alrededores, queria ver si habia alguien cerca, odiaba que lo interrumpieran y menos si la persona con la que estaba parecia ir a seguir su iuego. No necesitaba leerle la mente al brujo para saber que podria jugar con el todo lo que quisiera, no era muy dificil puesto que no habia reconducido al esclavo hacia donde estaban, sino que lo habia dejado perderse por lo oscuro de la mina, aunque no estaba muy lejos tampoco.

Cuando vio ocultarse aquel aura no pudo menos que reir, escuchando el segundo comentario que lo hizo poner una sonrisa traviesa, sintiendo aquella mano acariciar su sexo dormido, el cual reacciono un tanto ante los roces - ¿y no te importa que ese semental este manchado?- dijo mirandolo, aunque aquel chico parecia carecer de tantos escrupulos como el, no podia olvidar que cuando estaba en palacio, a las personas a las que les entrego sus primeras veces no fueron damas de la nobleza, a. parte de que lo hiciera tambien en el "adiestramiento",se las entrego a esclavas que trabajaban para sus hermanos, los cuales se las enviaban para que soportaran el castigo de tenerlo como amo, pero al final resultaba ser mejor que todos ellos juntos y no precisamente por su bondas.

No pudo evitar sonreir cuando lo vio olerse la mano, acercandose un momento antes de escuchar aquella proposicion que lo hizo dar un gruñido - bueno, tendre paciencia, pero solo porque el premio parece prometedor- dijo mientras caminaba junto a el hacia lo oscuro de la mina, le llamaba la curiosidad lo que el.otro esruviera planeando hacer alli, mientras caminaban reforzaba su escudo mental, hacia tiempo que no renovaba su defensa, puesto que hacia mucho que no se encontraba con un usuario de ese podee tan poderoso como aquel brujo, aunque mientras reforzaba sus defensas no podia evitar pensar en.la diversion que seguramente encontraria alli, la verdad es que nunca se habria imaginado que aquel lugar que era tan aburrido seria en realidad una fuente de diversion en alfun momento a parte de hacer que unos cuantos mineros se asfixiaran.

Según sacó en conclusión por las palabras del hombre, aquél no era un esclavo típico, sino más bien un alfil, aunque realmente el monarca sintió curiosidad por saber la razón de que hubiese acabado en aquella situación a pesar de haber tenido un "padre con un palacio y psicólogos personales", debían de haber caído en la bancarrota de una manera muy miserable para haber permitido que algo así ocurriese.
De todos modos su curiosidad duró poco en aquel sentido, ya que cosas mucho más interesantes se presentaban ante él con muy poco que ver con el pasado de aquel jovencito... después de todo su cuerpo era lo que más le interesaba en aquel momento.

- Lo atractivo de un semental es su miembro... no su higiene -comentó con cierto descaro, sonriendo encantadoramente y alzando una ceja, sugerentemente mirando aquella entrepierna que acariciaba sin pudor alguno-. Además... siempre me ha gustado montar sementales sucios... son más deliciosos que los "limpios" siempre y cuando no están demasiado sucios -añadió sacando la mano de aquel deliciosamente cálido refugio en los pantalones del otro y oliendo aquel aroma extremadamente fuerte a hombre que lo excitó lo indecible... algo que hizo que su siguiente acción le costase bastante de su prodigiosa concentración. Durante unos segundos su objetivo de meterse en aquel lugar había sido borrado casi por completo por las ansias de devorar y montar a aquel delicioso demonio.

Logrando sobreponerse por fin, el hechicero se había dado la vuelta y comenzado a avanzar por los rocosos túneles apenas iluminados por las luces de las antorchas, en determinado momento no pudiendo evitar mirar por encima del hombro a aquel apetecible bocadito... y teniendo una idea divertida.
- Nee... ¿por qué no te desnudas ya? -inquirió deteniéndose y volviéndose totalmente hacia él, sonriente- Así ya tendrás parte del trabajo hecho... y de paso podré deleitarme con tu cuerpo... -su rostro reflejó la perversión que salía de sus sensuales palabras- También me gustaría quedarme con tu ropa interior para poder olerla mientras me follas... tu aroma me ha encantado, y eso que aún no he podido meter mi nariz entre tus piernas... -sin duda era el Rey de Zoe y una de las criaturas más peligrosas y terroríficas del mundo... pero su poder era únicamente comparable a su lujuria.

Cuando le dijo aquellas palabras asintio sonriendo mientras sentia aquella mano aun en su entrepierna, la cual reaccionaba poco a poco a ese calor, quedandose medio alzada cuando saco aquella mano, lo que lo hizo morderse el labio inferior de forma un tanto sensual, cambiandole los ojos de color, volviendose rojos y con las pupilas sesgadas, ese brujo lo estaba calentando bastante y eso no podia ocultarlo para su desgracia.

Siguio al muchacho por la mina, mirando al frente antes de ver como se volvia hacia a el y le decia aquello, lo que lo hizo reir de forma suave, por tanto se paro un momento y paso una mano por la espalda del brujo -Uhmm... ¿cuanto tiempo tendre que estar a la espera?- dijo mientras lo miraba, no disimulaba la lujuria que se apoderaba de su cuerpo en aquel momento, aunque tambien se lo podia considerar a el mismo un usuario de ella, el la dominaba. como ceemonio que era. Aquellas palabras terminaron de calentarlo, asi que se quito los pantalones, dejando ver la ropa interior negra, la cual marcaba bastante la ereccion que comenzaba a formarse, tiro los pantalones por alli y se quedo pensativo, quitandose la ropa interior y dandosela al otro. Dejaba ver su cuerpo que sin duda era digno de elogio, por eso muchos querian tenerlo en sus camas, pero costaba un dinero, el cual no estaban dispuestos a pagar sor, solo podian tenerlo una noche y si el demonio estaba dispuesto, cosa que ocurria raras veces y esta era una de ellas. Sus ojos se paseaban por el cuerpo del brujo, aunque su mano no se quedaba atras, la cual acaricio el trasero del muchscho antes de mirar hacia lo profundo -Terminemos lo que tengas que hacer, asi llegara antes la diversion- dijo antes de caminar hacia adelante con el brujo, dejando ver su cuerpo, pocas veces podia estar asi de libre.

El mago había sonreído, sabiendo que, a pesar de lo absurdo que pudiese parecer, el contrario accedería a sus demandas... podía ver en aquellos ojos rojizos una lujuria similar a la que latía en los suyos propios. Puede que hubiese ido a aquel lugar en busca de algo para utilizar en contra de aquel maldito Cuervo... pero ahora tenía más presente a aquel hombre de cuerpo y actitud excitante que su propio objetivo primario, algo que la verdad muchos habrían considerado un estorbo o impedimento... y que el brujo se limitaba a degustar tal y como había llegado a él.
Ciertamente en un primer momento había pensado en priorizar su misión pero... en cuanto el otro lo acarició de aquella manera... segundos antes de quitarse los pantalones revelando aquella deliciosa erección su mente empezó de nuevo a calentarse... y cuando el otro también se quitó aquella prenda, revelando su miembro duro y entregándole la tela que lo había estado cubriendo... era superior a sus fuerzas. Bueno, en realidad no, pero tampoco es que tuviese mucha prisa en hacer lo que había ido a hacer allí... y aquel hombre ya lo tenía totalmente cachondo y deseoso de que lo penetrase.

Sin embargo, el Rey de Zoe sabía esperar, y no había nada tan delicioso como un festín que se hacía esperar en un hermoso suplicio como era contemplar la desnudez de aquel apetitoso alfil.
No pudo evitar acercar a su rostro la ropa interior del joven, la parte que había estado en contacto con su miembro recayendo directamente sobre su nariz... inspiró profundamente... y su propio miembro terminó por ponerse totalmente duro.
Suspiró tenue y sensualmente, mirándolo allí parado frente a él, totalmente desnudo y sonriendo.
- Ah... maldito demonio... si sigues siendo así no tendrás que esperar nada... -murmuró apenas lo suficientemente alto para que el otro lo escuchase, dejándose acariciar con placer y extendiendo uno de sus brazos con el dedo índice a su vez extendido para acariciar la punta de aquel tronco de carne ardiente, seguidamente no pudiendo contenerse y acariciándolo por completo, masturbándolo apenas unos segundos antes de relamerse y tragar saliva, soltando aquella barra ardiente que estaba deseando engullir.

Tosió levemente y asintió, avanzando junto a él sin dejar de mirarlo de reojo al andar con aquella erección unos cuantos centímetros por delante del resto de su cuerpo. Era tremendamente morboso.
- Sí... será mejor que acabe cuanto antes... -masculló secundando sus palabras con un tono de voz sensual y algo ronco a pesar de que su voz siguiese siendo suave y sedosa.

Por suerte no tardaron demasiado en llegar a una gran caverna que era invisible para ojos normales, ya que los mineros aún no habían llegado hasta allí, no habiendo encendido antorcha alguna.
El brujo apoyó levemente una mano sobre el fuerte pecho del otro y avanzó dejándolo atrás unos cuantos pasos dentro de la sala, alzando un brazo e invocando en su mano una hermosa y gran llama violácea que iluminó la estancia apenas... aunque no fuese para aquello para lo que la había convocado, puesto que el lugar era visible para él sin necesidad de obrar aquella magia.
Como había supuesto, algo que había parecido a simple vista un gigantesco peñasco más de la mina comenzó a temblar, y en apenas unos segundos se reveló como una inmensa criatura que, aún encorvada y deforme como era, ocupaba casi toda la sala. Serio por primera vez, más que nada por su gran deseo de acabar cuanto antes, el hechicero alzó un dedo, del cual se materializó un largo látigo de fuego sólido... que lanzó contra la criatura en un movimiento perforador.
El fuego afilado chocó contra la dura coraza de piedra... y no hizo absolutamente ningún daño. Velen alzó una ceja... y sonrió levemente.
- Bien... ahora muéstrame cuán rápido eres... ven... -murmuró para sí, muy bajo, mirando fijamente a la criatura... que repentinamente se lanzó sobre él, apareciendo en apenas un segundo sobre su persona y bajando con fuerza devastadora su brazo de piedra para aplastarlo... rebotando con un destello contra una burbuja sólida de color morado que desapareció de la vista nada más hubo repelido el ataque con facilidad sin que su dueño se moviese un milímetro de donde estaba. Velen asintió de nuevo.
- Perfecto, eres mío -sonrió, esta vez hablando con voz normal y alzando una mano hacia la desconcertada criatura... que repentinamente comenzó a ser absorbida mágicamente... hasta que el recipiente que el mago había sacado de su túnica casi imperceptiblemente se cerró, haciéndolo desaparecer el brujo de nuevo bajo sus ropajes.
"Captura completada... ha llegado la hora del placer..." pensó para sí, sonriendo ahora con muchos ánimos de nuevo y volviéndose hacia el demonio desnudo.
- Ha llegado el momento... quiero chupar esa polla de semental tuya y que luego me folles con ella -dijo con claridad y sin pudor alguno, relamiéndose de nuevo al mirar aquella verga y sacando de entre sus propias ropas de nuevo aquella ropa interior que olía tanto a hombre... y a sexo y que tanto lo ponía.
Inspiró de nuevo profundamente y lamió la zona que había estado en contacto con su miembro, mirándole fijamente y sonriendo al terminar.

Rio suave cuando noto que estaba desconcentrando a aquel brujo, por muy poderoso que fuera, los demonios habian llegado a ese mundo para corromper y atormentar a los humanos, sobre todo los que, como el pertencian a una de las estirpes primeras, demonios poderosos que habian devorado seres de la luz para ser mas fuertes. Al escucvar aqurl comentario se acerco mas a el -Por algo soy un demonio, estoy pensado para corromper y alejar del camino a quien me encuentre - dijo con aquella voz seductora que poseia en el oido del brujo, dejabdolo marchar hacia el fondo de la caberna.

Cuando vio aquella llamarada iluminarlo todo comenzo a prepararse, llevaba tiempo sintiendo una latencia en aquella mina qque no le gustaba, pero ya vio lo que era, un golem de piedra del cual parecia ir a apropiarse el brujo. Contemplaba la escena con los brazos cruzados sobre su pecho, sus ojos rojos seguian los movimientos del brujo y todo lo demas. Vio desaparecer al golem dentro del frasco, su ereccion estaba como antes, un tanto apagada, pero no iba a necesitar mucho para volver a ser el de antes.

Sonrio al verlo sacar de sus ropas su ropa interior, relamiendose al verlo tan irresistiblemente violable, sus rubies seguian cada movimiento del muchacho, hasta que, a aquella velocidad aobrehumana, se planto pegado a el, mirandolo a los ojos y besandolo en los labios con cierto ansia, colando su lengua dentro de la boca del chico mientras sus manos estaban paseandose por el cuerpo del brujo, colando una mano debajo del kimono y desabrochandolo con una sola mano, dejando ver el cuerpo del chico y relamiendose - A mi me gustaria jugar antes con este cuerpo que me voy a follar- dijo en su oido antes de morderle el lobulo con cierta fuerza, frotando su entrepierna hinchada contra la del menor, jugando con unos dedos en el trasero del brujo -Aunque me gustaria probar esa boquita- dijo con aquella sonrisa rebelde que poseia, mirandolo a los ojos y reflejando toda la lujuria que moraba su ser.

El brujo había soltado una amplia carcajada ante las palabras supuestamente seductoras del otro, pensando en que aquello cada vez se ponía mejor; además de tener un cuerpo espectacular era así de divertido... por su mente ya empezaba a pensar en "comprar algo nuevo" para llevar de vuelta a la Corte de Zoe... ciertamente sería una buena compra.
- Mi querido semental... -dijo aún con una sonrisa divertida dibujada en sus labios-, puedes desviarme ligeramente de mi camino inicial... pero lamentablemente, y que esto no salga de aquí... -añadió con un tono divertido y "confidencial"- yo ya estoy totalmente corrupto... -soltó otra risilla más discreta que la anterior y siguió andando hasta alcanzar aquella caverna donde el golem había estado en estado de sueño todo aquel tiempo.
No dejaba de ser extraño que hubiese aún criaturas milenarias como aquellas por allí, pero como únicamente reaccionaban a la magia (motivo por el cual había invocado la llama) era lógico que no hubiese sido notada por los mineros... un esbirro perfecto para el propósito que trataría de darle en un futuro que cada vez pintaba más lejano... cuando miraba a aquel hombre al que quería dentro de él cuanto antes sus planes no podían más que retrasarse algo... tampoco tenía prisa, ¿verdad?

Se giró hacia el contrario y olió y lamió su ropa interior provocativamente para que aquel miembro que tenía ante sus ojos comenzase de nuevo a elevarse... según parece lográndolo a la perfección cuando el otro se le acercó a aquella velocidad sobrehumana y se pegó a él, haciéndole notar contra su propia entrepierna aquella nuevamente ardiente y dura barra de carne y casi podría decirse que penetrando su boca con aquella lengua que la propia lengua del brujo "combatió" deliciosamente, sus brazos rápidamente alzándose para rodear el cuello del contrario y pegarse más a él, sintiendo ya únicamente sujeto su yukata por los brazos al haberlo desabrochado el otro.

Gimió sensualmente cuando el esclavo le hizo aquello en su oreja, sintiéndolo ahora sin ninguna tela por delante restregando su entrepierna contra la propia y con más ganas que nunca de bajar a atenderlo al sentirlo tan hinchado, aún así resistiéndose al sentir aquellos dedos en su entrada.
- Prométeme que antes de follarme con tu polla lo harás con tu lengua y te la chuparé hasta hacerte ver las estrellas... -ronroneó contra su boca por fin, sonriendo como un auténtico pervertido y en ese momento bajando por su cuerpo sin dejar de mirarlo fijamente a los ojos... al acuclillarse y alcanzar finalmente la altura de su entrepierna extendiendo su lengua para humedecer la ardiente punta de aquel apetitoso miembro... al probar aquel sabor ya no queriendo resistirse más... y abriendo su boca al máximo para tragársela entera de golpe, pegando sus labios al pubis del contrario y oliendo finalmente "en directo" lo que había dejado un olor tan delicioso en su ropa interior, él mismo gimiendo apenas con aquella gran verga alcanzando el fondo de su garganta.
Sonriendo mentalmente, el brujo fue sacándosela de la boca poco a poco, sorbiendo deliciosamente cada milímetro que se desplazaba hasta terminar tortuosamente de sacársela del todo, dejándola empapada frente a sus labios. Miró hacia arriba de nuevo, sonriente.
- Tal y como imaginaba... tienes una polla deliciosa, semental... -le dijo con voz suave, besando la punta y sonriendo- Veamos qué tal trabaja por su cuenta... -añadió... abriendo su boca totalmente en un claro ofrecimiento, manteniéndose quieto frente al miembro del otro, esperando...

Sonrio al escuchar aquel comentario dado con aquel tono tan confidencial y divertido, mirandolo eductor y acercando aus labios al oido del muchacho -Eso ya lo sabia yo, aunque me gustan mas los chicos como tu, soys mucho mas sexys, aunque eres el primero al que encuentro - dijo en su oido antes de verlo ir hacia el golem de piedra, pensando para sus adentros que aquella no parecia la unica mision del bruko, parecia que habia algo mas, pero no sabia el que era, parecia como si su presencia hubiera transtornado todos sus planes. Si era sincero, el beujo tambien lo habia hecho cambiar de forma extraña, el no solia acostarse con nadie a no ser que tuviera alfum beneficio, pero aquel lujurioso brujo lo habia atraido hasta el de una forma extraña, se senria hasta tentado de ofrecerse para ser su esclavo, pero en ese momenro todo lo que ocupaba su mente era la lujuria.

Sonrio al escuchar aquel trato que le estaba ofreciendo, acercandose y mordiendole la orejia de nuevo -Por supuesto que lo hare, no me perderia por nada del.mundo algo asi- dijo antes de verlo bajar a su miembro, provocando que cerrara los ojos, por el placer que le producia, su cuerpo era recorrido por descargas de placer al senrir aquella lengua y aquella boca que lo excitaba de sobremanera. Cuando sintio como se lo iba sacando de la boca, no pudo menos que dar un gruñido en protesta, mirandolo y escuchando aquel comentario que lo hizo sonreir seductor -Bueno, es lo que tienen las cosas de calidad- dijo mientras seguia viendolo, sonriendo al ver como abria su boca, colocando las manos en su cabeza para comenzar a embestir con fuerza dentro de aquella boca, sintiendo como rozaba con su lengua, suspirando y fimiendo.de vez en cuando, moviendo sus caderas con fiereza, como.ai estuviera penetrandolo de verdad.

Mientras la mayor parte de su mente se veía invadida por la lujuria y el placer, una pequeña pero eficiente parte de su cerebro se ocupaba, por otra parte, de reorganizar su "agenda" teniendo en cuenta aquel "imprevisto" que le había surgido.
Sin duda tendría que retrasar algo sus planes para con el Cuervo del Bosque... aunque al menos había conseguido de forma satisfactoria al antiguo gigante de la montaña, por lo que en cuanto quisiese podría concluír lo que ya llevaba varios meses pensando con respecto a aquel tremendo incordio que no había sido capaz de solventar hasta aquel momento.
También tenía una serie de "tareas reales" que atender pronto, como por ejemplo una Reunión del Estado con sus nobles para discutir el asunto del propio bosque maldito con el que recientemente estaban teniendo problemas los esclavistas precisamente por el problema que pretendía erradicar con aquella criatura de tiempos inmemoriales que había capturado. Aquello también podía esperar un poco... después de todo algo bueno tenía que tener ser rey... y aquello era sólo el principio de un sinfín de ventajas, sin duda.

Cuando hubo determinado aquello, dejó de pensar ya en esos temas y se centró totalmente en el placer que el contrario le brindaba con su cuerpo... y más concretamente con aquel miembro que comenzó a penetrar su boca como si se tratase de lo que dentro de unos minutos pensaba "invadir" de la misma manera... según los planes de la lujuria de ambas criaturas oscuras.
- Ah... ah... -jadeó levemente cuando pudo separarse de aquella tentación tan deliciosa durante un receso, mirándole desde abajo con pasión... y entonces irguiéndose de nuevo para besarle con intensidad, al terminar dándose la vuelta y elevando con una mano sus ropas descolocadas para mostrarle su trasero... usando su otra mano para agarrar una de sus nalgas y separarla para mostrarle aquella visión de lujuria sin pudor alguno, sonriendo levemente al mirarlo por encima del hombro, contemplando su expresión mientras veía aquello.
- Mmmm... ¿me lameees? -ronroneó sonriente, deseando sentir su lengua en aquel pequeño orificio perfecto y expuesto en su totalidad... añorando aquella sensación que rara vez tenía el placer de sentir, al menos en los últimos tiempos.

Spoiler:

Apretaba los dientes sintiendo aquella boca rodear su virilidad, aquello le gustaba y un lugar en su mente comenzaba a preguntarse si despues de aquello podria pensar en un amo mejor que ese brujo lujurioso. Dio un gruñido al sentir como se. apartaba de su miembro, mirandolo a los ojos y besandolo con pasion cuando subio, colando una de sus manos por dentro de aquellas rops, presionando con fuerza uno de sus pezones antes de dejarlo escaparpara dejar que le mostrara aquel trasero que lo hizo relamerse y que sus pupilas se dilataran un tanto, dando la impresion de ser los ojos de una serpiente o un gato.

Aquella petivion no hizo mas que calentsrlo, entonces se inclino y comenzo a lamer aquel estrecho agujero, colando su lengua junto con dos dedos dentro de el, masturbandolo antes de sacsr su lengua y meter un tercer dedo, moviendolos con fuerza dentro del brujo, mordiendole la espalda que habia quedado al descubierto al deshacerse el mismo de los ropajes del noble. Sus ojos miraban los rubies del muchacho que tenia bajo si -No mr importaria tenrr un amo como tu, de eso estoy seguro- dijo. en un susurro ronco, comenzando a frotar su miembro contra la entrada del noble, sintiendo que queria entrar dentro y hacer que los gritos de aquel brujo resonaran por las cavernas, pero prefirio volver a agacharse y lamer aquel agujero humedo y dilatado, que pedia a geitos que su virilidad entrara y embistiera su interior. Siguio lamiendo alli y masturbando al brujo antes de levantarse e inclinarse sobre el.otro, mordiendole el lobulo de la oreja -¿Quieres que entre?- dijo con aquella voz de terciopelo negro que con el deseo se volvia mas seductora que antes, mientras frotaba su nada despreciable virilidad contra la entrada del muchacho, haciendo amagos de como si fuera a entrar, pero no haciendolo hasta que no le respondiera a la pregunta, le encantaba desesperar a las personas, un aufrimiento placentero.como aquel era su ambrosia.

Aún con el sabor del miembro del demonio en su boca fue besado por él de aquella forma... sin embargo era casi imposible para él estar más excitado de lo que ya lo estaba; sentía su propia entrepierna dura como la roca e incluso húmeda únicamente por la deliciosa verga del otro y por cómo le había casi "penetrado" por la boca, tal y como se lo había sugerido de aquella forma tan poco sutil... su mente no daba para más en aquel estado de excitación, y sin embargo aún quería que el otro jugase con su orificio trasero con su lengua antes de llenarle con aquella delicia que ya había degustado con placer durante un buen tiempo.
Ya desnudo le mostró aquel pequeño agujerito que latía aguardando al visitante que recibiría con placer sonriendo y provocándolo aún más con sus palabras... hasta que por fin sintió la tan deseada, cálida y húmeda lengua del otro penetrarlo junto a dos de sus dedos... y casi se sintió desfallecer de placer cuando sus gemidos no se hicieron de esperar.

- ¡AH! ¡SÍ! -exclamó, encantado de recibir aquellas bruscas atenciones que únicamente podían ponerlo más caliente... por mucho que el detalle aquél de quererlo como amo le hiciese tanta gracia como para querer incluso replicar a ello decentemente- Ah... pues ve... UHM... concienciándote de ello, porque... ¡AH! ... Tengo intención de... disfrutar de tu cuerpo mucho máAHS! -su lengua y sus dedos lo estaban llevando al límite... se sentía tan húmedo como una prostituta de puerto en su primera vez con un noble...- Pienso... explorar todo tu cuerpo... a conciencia... y sentarme sobre tu polla muchas más veces... -suspiró cuando por fin detuvo todas sus atenciones, sintiendo únicamente entonces aquella virilidad ardiente acariciando su dilatado y húmedo agujero.
Se volvió hacia él, sonriendo pícaramente a pesar de los deseos tan claros que tenía de que el otro se lo follase allí y entonces... no era de dar satisfacciones gratuitamente.
- ¿Quieres... que te deje entrar~? -replicó sensualmente, echando entonces su trasero hacia atrás... y empalándose él mismo casi por completo de golpe en el miembro del contrario. Soltó un gemido orgásmico, casi alcanzando el límite.

- Ah... dioses... -se la terminó de meter entera, apretando su trasero contra el otro y sintiéndose plenamente lleno al notar el tacto de sus testículos contra su trasero. Era extremadamente erótico y placentero estar de aquella manera, quietos, unidos por el miembro del demonio...- Será mejor que estés unos segundos así... he estado a punto de correrme... -ronroneó divertido, mirándolo por encima del hombro y disfrutando incluso estando así, sin moverse, con aquella verga ardiente llenando su interior...

No pudo evitar sonreir travieso al escuchar aquellas palabras entre aquellos gemidos, le habia gustado aquel trato y encima el muchacho era una de las pocas personas que se podia decir que le agradaban, una risa suave escapo ante aquella intencion de follarselo a menudo -En eso no opondre resistencia, me encantara entrar en este delicioso agujero - dijo en un susurro ronco mientras seguia moviendose contra el esperando aquella respuesta, la cual llego de forma inesperada y sin previo aviso sintio como el brujo se empalaba en su miembro, haciendolo soltar un gruñido de placer, sintiendo aquel gemido que declaraba que habia estado a punto de correrse, notando como terminaba de hacerlo entrar por completo -Vaya, con lo que me apetece hacerte reventar- dijo divertido antes de comenzar a pasear sus manos por el cuerpo ajeno, pellizcandole los pezones y mordiendole el cuerpo mientras se movia un poco contra aquel trasero, lo sentia un tanto apretado por dentro y eso no hacia mas que incitarlo a querer moverse con fuerza dentro de el.

Su cuerpo eataba muy caliente y pedia a gritos comenzar a embestirlo con fuerza para sentir las descargas rlectricas de placer -Voy a empezar a embestir- dijo en su oido, dejando que notara ssu voz ronca por el placer, quedandose con el.pecho pegado a su espalda y comenzando a moverse contra el lindo trasero del brujo, empezando con cierta suavidad para que no se corriera y luego aumentando la intensidad y profundidad cada vez mas, llevando una mano a la entrepierna del brujo -Estas muy mojado, ¿tan caliente te has puesto?- sijo com una sonrisa, embistiendo con bastante fuerza ya, alcanzandk en algunas embestidas la prostata del brujo, procurando no darle fuerte para que tardara en correrse.

"Nadie opone resistencia al Rey de Zoe, querido... pero de momento te dejaré disfrutar de tu supuesta "superioridad" como macho dominante..." sonrió para sí el en realidad anciano monarca de la Capital Oscura ante las palabras del otro, justo antes de darle aquella "sorpresita" al otro al empalarse de aquella manera en su miembro. Sin duda estaba lleno de sorpresas, y entre el placer de semejante intrusión forzada por él mismo sintió la hilaridad de escucharle gruñir tan placenteramente... sabiendo que aquel esclavo pronto se haría adicto a su trasero, como todos los que lo habían "visitado" alguna vez, de hecho.

Entonces empezó a sentir las manos serpenteantes del otro por todo su cuerpo, y aún teniendo totalmente dentro de él su miembro (a pesar de lo que le había dicho notando su ligero movimiento) no podía bajar la hinchazón de su propia virilidad. Él también estaba deseando que lo "reventase", pero no quería acabar tan pronto... aunque francamente creía que bien podría tener unos cuantos orgasmos seguidos con aquel hombre penetrándolo hasta el fondo.
- Fóllame... -susurró en réplica a las siguientes palabras del otro, alzando su cabeza y girándola lo suficiente para besarlo por encima del hombro- tienes mi... permiso~ -añadió, juguetón, justo antes de soltar un gemido que fue seguido por unos cuantos más cuando los movimientos del otro por fin comenzaron a aumentar el ritmo y aquella mano se escurrió hasta su entrepierna mientras palabras sucias lo hacían hasta sus oídos... aquel esclavo IBA a ser suyo, SÍ o SÍ.

- Me... AHs... has follado con tu... lengua... con tus dedos... ahmm... y ahora lo haces... ¡UHM...! Con tu polla... -logró decir entrecortadamente y a duras penas, su miembro goteando presemen casi como si se estuviese corriendo ya, sus gemidos interrumpiendo a veces sus palabras- Lo... único que me pondría... ah... más caliente es... probar tu semen... o sentirlo dentro dAH!... de mí... -terminó ronroneando, aún alzando una mano para acariciar la cabeza del otro cuando se aproximaba a su oído. Aquellas embestidas lo estaban volviendo loco... sin duda iba a disfrutar con aquel semental... mucho... en todos los rincones de su palacio y de todas las formas pervertidas posibles.
Y pensando de aquella forma, el brujo comenzó a correrse, eyaculando sobre la mano del otro que seguía allí abajo y gimiendo como nunca, sin parar de recibir el placer que el otro le proporcionaba a su orificio anal... y dejándole bien claro entre jadeos que no quería que parase.
- ¡AAAH! ¡No pares! -quería sentir la leche caliente del otro dentro de él, inundándolo con su calidez... ya la tomaría directamente de la fuente en otra ocasión... habría muchas, después de todo...

No pudo evitar sonreir cuando escucho aquella peticion por parte del brujo de que lo follara, eso no tenia ni que pedirselo, lo pensaba hacer hasta hacerlo estallar de placer, no podia imaginarse si tiviera un amo tan irresistiblemente violable como lo era el brujo. Lo beso con pasion, colando su lengua dentro de la boca del muchacho hasta que volvio a separarse, diciendole aquello, mientras sentia aquel liquido preseminal inundar su mano, parecia estar ardiendo, aunque mentiria si dijera que el no estaba igual. Se movia con mucha fuerza, haciendo que al chocar ambas pieles sonara un chasquido, entraba muy profundo para darle un placer infinito, le encantaban aquellos gemidos que le regalaba el brujo, hacian que su cuerpo se calentara cada vez mas.

Se movia de forma incesante y ritmica, escucuandolo gemir y sintiendo como el cuerpo del noble se tensaba preparandose para el orgasmo, no lo pararia en ese momento, queria que se corriera antes que el para asi poder seguir moviendose y hacer lo que le habia dicho, reventarlp -Me encanta tu voz... hace que me caliente mas - dijo mientras seguia moviendose con fierza, dando um gruñido al sentirlo correrse de aquella manera, lamiendose la mano de forma erotica, mirandolo desde su posicion, sonriendo con malocia ante aquella peticion que le hizo de que no se detuviera -Tranquilo, no me detendre - dijo en un susrro que mas parecia un grmido ronco, comenzando a moverse con mas fuerza, haciendolo incorporarse para que quedara la espalda del brujo contra su pecho, haciendo que se empalara por completo en su miembro, el cual comenzo a taladrarlo de nuevo con fuerza, mientras su mano seguia masturbandolo, queria aguantar un poco mas antes de venirse, aunque sabia que le quedaba mas bien poco para soltar toda su carga dentro del brujo, que no era poca.

El brujo únicamente podía sonreír al verlo hacer aquellas cosas morbosas mientras seguía haciéndolo gozar con aquel gran miembro; incluso ahora que ya había alcanzado el orgasmo seguía totalmente erecto por tener a aquel macho dándole justo lo que quería y aún por encima lamiendo su semen.
Sin pensar ya nada coherente el hechicero tomó aquella mano que lo había estado masturbando y la limpió por completo de cualquier resto que quedase de su semen, saboreándolo igual que había hecho el contrario apenas unos segundos antes y gimiendo quedamente por las cada vez más firmes embestidas del otro, que parecía disfrutar de decirle aquellas cosas que lo excitaban aún más en su oído con esa voz tan sensual que tenía... sin duda sería un maravilloso juguete cuando se lo llevase a la Corte... y no sólo eso; por su mente ya empezaban a pasar imágenes de qué haría con él... como llevárselo en sus viajes para follar en cualquier posada en la que se detuviesen, en el bosque, en algún lago, y por supuesto también en su palacio... en la cocina, en el trono, en su habitación... estaba tan caliente que lo único en lo que pensaba era en que aquel hombre lo llenase con sus fluídos corporales en todos aquellos lugares y más.

Gimió fuertemente al sentirlo totalmente dentro de nuevo mientras el otro lo masturbaba aún, haciendo que su miembro palpitante se terminase de erguir completamente de nuevo... dioses, era demasiado.
- Lléname con tu leche... -casi le suplicó, sin poder aguantarse más; se sentía de nuevo al borde del orgasmo únicamente pensando en sentir aquella calidez en su interior- Quiero que... te corras dentro... de mí y no... la saques por... nada... -alzó la cabeza para besarlo y seguir susurrándole aquellas cosas que seguramente le pondían a mil... tanto como al propio brujo, de hecho- Cuando ya... se salga sola... pienso limpiártela... con mi lengua... hasta dejarla reluciente... -logró terminar a duras penas, gimiendo aún más fuerte y mirando la mano del otro masturbarlo, totalmente excitado ya de nuevo.

Se estaba deleitando con el sabor del semen del brujo, cuando sintio que tomaba su mano y comemzaba a lamarla, haciendo que le diera una fuerte embestida para que gimiera y abriera la boca, lo beso en los labios con lujuria y colo la lengua en ellos, jugando con la lengia del brujo mientras el se movia con cada vez mas fuerza, bicando hacerlo gritar de placer antes de apartar su boca de la del noble, sintiendo como.el miembro del muchacho se iba poniendo erecto a medida que lo iba masturbando, haviendo con comenzara a pasear aquella lemgua seductora por el cuello de piel tersa y blanca de aquel su prpximo amo.Sentia como el cuerpo del otro se preparaba para el orgasmo, pero para qur el se corriera aun quedaba un poco, asi que por eso lo tocaba y ponia varias veces el dedo en el agujerito del muchacho, mientras le mordia el cuello uy jugaba con su oreja, riendo suave al escuchar aquello que le dijo -[color=red]Me encantara hacer eso... ademas... no me queda mucho para correrme[/coor]- dijo con la voz ronca. Su cuerpo se estaba tensando ya, preparandose para correrse en el interior, las palabras de aquel beujo lo estaban volviiendo loco, asi que vuando le sijo lo ultimo, dio.unas cuantas embesridas bestiales, corriendose con tal fuerza que hizo rebpsar la cavidad del brujo, mientras lo sbrazaba y apretaba los dientes,dando un gemido pepfundo y ronco en au oido